Sigue siendo un sacrificio, la cocina es un campo de guerra constante, sin horarios, sabes cuando entras, pero no cuando sales, perpetuamen...

Introducción

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Sigue siendo un sacrificio, la cocina es un campo de guerra constante, sin horarios, sabes cuando entras, pero no cuando sales, perpetuamente bajo estrés, los nervios de punta y temperamento, al menos hasta que al final te quitas el delantal y te vuelves una persona normal, no hay fiestas, no hay relaciones duraderas.
Incursione en diferentes profesiones antes de conocer el apasionante mundo de la gastronomía, como todo cocinero al inicio de esta carrera no fue nada fácil, me tropecé innumerables veces, pero como dice el sabio dicho no es cuantas veces te caigas, sino cuantas te levantes.
Mi nombre es Damián E. Martínez, primero que nada le doy gracias a Dios por permitirme levantarme cada mañana con salud para seguir el camino que conduce hacia el éxito, segundo le agradezco a mi madre Adriana Martínez, quien es mi pilar y mi motor para continuar.

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